El cuidado de la piel es un aspecto de la salud que se debe tener en cuenta durante todas las épocas del año. Sin embargo, con la llegada del verano este órgano -el más grande del cuerpo- empieza a estar mucho más expuesto, así como también los rayos solares golpean con mayor intensidad.

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El protector solar es un producto indispensable para protegernos de los rayos UV, pero no es el único cuidado que debemos tener presente. También es importante tener en cuenta los horarios, la ropa y, por supuesto, la hidratación que no es buena solo para la piel, sino para el organismo en general.

Cinco tips para cuidar la piel del sol

Usa ropa de protección. Proteger la piel con tejidos de mangas largas y pantalones largos es clave para evitar afecciones a la piel, sobre todo de los niños menores de dos años. Un sombrero de ala ancha también peude hacer la diferencia y permitir usar mangas un tanto más descubiertas.

No fumar. Fumar también daña el colágeno y la elastina, las fibras que le aportan fortaleza y elasticidad a la piel. Además, las expresiones faciales reiteradas que haces cuando fumas, por ejemplo, fruncir los labios al inhalar y entrecerrar los ojos para exhalar el humo, pueden contribuir a la formación de arrugas.

Frutas y verduras son ricas en antioxidantes que favorecen la piel.

Cuidado con el secado. En el verano las duchas, baños y chapuzones son más frecuentes que en otro momento. La playa y las piscinas se vuelven los lugares más visitados. Por eso es importante secarte de la manera correcta para no generar hongos, pero debe hacerse lo suficentemente suave como para evitar lastimar la piel o arrancar las capaz superiores.

Controlar el estrés. Es un factor que se eleva durante fin de año por los plazos y límites con los que hay que cumplir en la esfera tanto laboral como académica y social. Si bien disminuye una vez que empiezan las vacaciones, puede afectar directamente el aspecto de la piel. El estrés hace que se vuelva más sensible y puede desencadenar problemas como acné y otros problemas cutáneos.

Comer sano. Llevar una dieta saludable puede ayudar a que tu piel se vea mejor. Las comidas deben ser ricas en vitaminas y antioxidantes, por lo que es recomendable aumentar la ingesta de frutas y verduras. Las harinas, las grasas y embutidos, en cambio, deben reducirse todo lo posible.